ayer pude vivir la importancia de la buena selección del médico.
Fuí a visitar a una amiga que acababa de dar a luz a su segunda niña.
La primera vez fue todo un horror le experiencia, le pusieron mal la epidural y le durmiron una pierna, pero el resto seguía sintiendo el mismo dolor que si hubiera sido un parto natural, con el problema añadido de la falta sensibilidad en un lado.
Después las enfermeras, después de que se equivocará el anestesista, en lugar de apoyarla la recrimiaron sin darle ningún tipo de apoyo. El resultado, un parto larguísimo y durísimo, hasta tal punto que se planteaba el segundo.
Sin embargo ayer fue la experiencia contraria, una madre feliz, una niña monísima y en sus propias palabras, "no sabía que un parto podría ser una experiencia tan bonita".
Saludos
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